Zezengorri

ZEZENGORRI ‘toro rojo’

Zezengorri, como indica su nombre, es un toro rojo que frecuentemente arroja fuego tanto por sus fosas nasales como de su boca, y de este modo abrasa a sus enemigos. Otras veces se muestra con los cuernos y la cola ardiendo, y por ello reluce al salir de su cueva. Normalmente son las cuevas su morada y es guardián de estas entradas a las entrañas de la tierra. Si alguien entra en la cueva a romper la paz y el silencio se enfada y puede ser tan espantoso como maligno. A veces adopta forma de persona y baja a los pueblos a castigar a los que le han disgustado o injuriado.

Cuentan en Orozco, que en la cueva Atxulaur situada en el monte Itzine vivió un ladrón. Fruto de sus robos, llevados a cabo durante muchos años, acumuló gran cantidad de oro dentro de la cueva.

Una vez que se trasladó a otras tierras a realizar una de sus fechorías fue asesinado, y nadie sabía dónde había escondido toda su riqueza.

Varios forasteros fueron a la cueva de Atxulaur en busca del tesoro, pero en la entrada se encontraron con un gran toro rojo desafiante que arrojaba fuego por la boca y sus fosas nasales. Era el espíritu del ladrón. Los forasteros huyeron asustados.

Volvieron otro día con los huesos del ladrón y los depositaron en la entrada de la cueva. Entonces el toro les dejó entrar ya que los restos del ladrón podían descansar eternamente. Y así pudieron recuperar el tesoro que se encontraba escondido en un profundo agujero de dicha cueva.