Herensuge

HERENSUGE ‘dragón’

OTROS NOMBRES: LERENSUGE, ERRENSUGE, HERAINSUGE, ERSUGE, SIERPE, DRAGOI …

Es conocido en innumerables lugares este personaje mitológico clásico, por ejemplo en: Sara, Zugarramurdi, Donibane-Lohizune, Ezpeleta (Labort), Errenteri, Zaldibia, Ataun (Guipuzcoa), Zubiri (Navarra), Lekeitio (Bizcaya), Uhart-Mixe (Baja Navarra), Camou (Sola),y en otros muchos lugares.

Es un genio diabólico que aparece en forma de una gran serpiente como lo indica el segundo elemento de su nombre (suge ‘culebra’), y en algunos relatos es representado con siete cabezas. Habita en cuevas y sólo sale para saciar su hambre. Los animales domésticos que pastan en los alrededores de su cueva los atrae con su aliento, y de ellos se alimenta. Según otros relatos se alimenta de carne humana, y muchas de las leyendas mencionan que exige en los pueblos de su entorno que le faciliten una persona de vez en cuando para saciar su hambre, así se tranquiliza la bestia y la población puede estar tranquila por un tiempo.

Relata una leyenda, que antaño vivía un rey en un hermoso pueblo, donde en una cueva cercana habitaba un terrible Herensuge de siete cabezas. Este monstruo devoraba a los lugareños cuando se sentía hambriento, por lo que tuvieron que negociar con él. Pactaron en ofrecerle una joven del pueblo una vez al año, y así podrían estar tranquilos durante el resto. Sortearon los lugareños entre las jóvenes del pueblo a quien le tocaría ser alimento de Herensuge, con tal mala suerte, que le toco a la hija del rey. Entonces este, difundió por todo el reino, que el mozo que matase al monstruo se casaría con la princesa y sería su sucesor.

Cuando llego el día de la ofrenda, ataron a la joven a un árbol cerca de la cueva del reptil de siete cabezas y esperaron que apareciera algún valiente. Había muchos espectadores, pero nadie se atrevía a retarse. Hasta que apareció un pastor con su perro, y al observar el panorama preguntó a la joven lo que sucedía. Tan pronto como la princesa le explicó todo, mando a su perro atacar a Herensuge. El perro, ágil y fiero, fue dominando al monstruo cabeza por cabeza hasta que lo doblego y mató. Entonces el pastor, antes que nada, corto las siete lenguas al reptil, y siete trozos de las siete enaguas que vestía la muchacha. El rey y su pueblo, incrédulos de lo que había sucedido y desbordando alegría, se llevaron a la princesa al castillo. Cuando se fueron todos, un joven desvergonzado, corto las siete cabezas de Herensuge y se las llevó.

Al día siguiente, este joven se presento al rey con las siete cabezas reclamando la mano de la princesa, y este sin darse cuenta del engaño, prometió que sería su heredero. Antes de la boda celebraron una gran fiesta, a la cual el desvergonzado prometido llevó las siete cabezas. Pero, de improvisto, apareció el pastor en la celebración y dijo: -A esas cabezas les falta algo? Antes de que respondiera nadie, el pastor mostró las siete lenguas, cada una envuelta en un trozo de enagua, y entonces se dieron cuenta todos de la farsa. El rey reconoció al pastor como el salvador de su hija, y los jóvenes se casaron y vivieron felizmente.